Consumido por la muerte de su esposa Angelina, Felipe busca venganza contra Julián, el causante de la tragedia, a quien las autoridades no dieron el castigo merecido y a quien su familia adoptiva mantiene confinado, con cadenas, en un cuartucho de su hacienda. La venganza, sin embargo, no resulta fácil de conseguir, por mucho que las posibilidades de consumarla estén al alcance de la mano, y sobre todo, porque en Felipe el dolor y el odio operan de una manera imprevista. Sus impulsos lo llevan a un periplo por los montes desde el centro del país hasta la costa Norte, que desemboca, como por un designio del destino, en una situación parecida a la de Julián cuando arrastró a Angelina a la tragedia.
En un momento de agitación, producto de las políticas de la Reforma Liberal y de la apertura al capital extranjero en las últimas décadas del siglo XIX en Honduras, con un amplio sector de la población sin certezas sobre el rumbo que debían tomar, el personaje Felipe representa, en su circunstancia particular, todas las convulsiones sociales del país en aquella época.
Como en Angelina, la novela breve de Carlos F. Gutiérrez de la que toma sus referentes, aunque no sus intenciones estéticas, el amor, la pasión, la venganza, la locura y la muerte articulan la historia de Felipe narrada en esta novela de Raúl Lopez Lemus, lo que constituye un ejercicio de escritura y de intertextualidad pocas veces visto en la literatura hondureña.