Están quienes creen que los gobiernos progresistas de principios del siglo XXI en América Latina representaron un avance socioeconómico indiscutible para masas de personas postergadas por décadas. Otros, por el contrario, están convencidos de que esos gobiernos fueron la concreción de un "populismo" que condenó a la región al atraso, la prebenda y la demagogia. Este libro, necesario y revelador, viene a llenar con datos y análisis los vacíos de esa discusión, y logra cambiar de raíz nuestro sentido común sobre América Latina y su "desigualdad" característica.
Este libro, un panorama matizado y realista sobre el continente, ofrece además una constatación política y cultural inquietante. Mientras los avances y derechos conseguidos actúan como un umbral de bienestar que se defiende con la fuerza, son también, escriben los autores, "la piedra de toque de ofensiva de sectores restauradores que están pugnando por revertirlos". En efecto, los cambios en la estructura social que retrata este libro están en el corazón de los conflictos políticos que ya son visibles en varios países de la región.