La tinta del olvido, último libro de Roberto Castillo, publicado originalmente en Costa Rica en 2007, reúne doce relatos en los que el autor vuelve sobre algunos de sus temas favoritos: los ángeles, las lenguas, los sueños, la literatura misma…, estableciendo esa relación, ya característica de toda su obra, entre lo real y lo fantástico, que le permite poner en discusión aspectos profundos de la condición humana y particularmente de la idiosincrasia del hondureño o del centroamericano. El talento de Roberto Castillo se muestra aquí en su máxima expresión, y relatos como «La máquina de soñar» —una especie de distopía en la que los parroquianos del bar El Aguacate atestiguan la imposición de una dictadura, sobre el mundo real, de unos seres de ficción salidos de la Scatolari, la máquina que los produce— o «La casona inexpugnable» y «La tinta del olvido», que abren y cierran el volumen respectivamente, podrán contarse como de los mejores de la narrativa hondureña de las últimas décadas.
«Multiplicidad de voces delirantes interactúan a lo largo de los cuentos que componen La tinta del olvido, dando lugar a densas atmósferas en medio de ciudades centroamericanas, reconocibles siempre por algunos breves trazos, y sus habitantes; formas imaginativas que se extienden entre sueño y verdad, relatos que se despliegan en los márgenes entre la razón y la locura, la muerte y la vida, realidad y ficción, pasado y presente, todo lo cual contribuye al dramatismo y complejidad de los personajes (…). Una obra literaria de gran calidad, culta, sugerente y provocadora, que por ello mismo sobrepasa toda posibilidad de olvido, y un autor a quien la renovación de las letras centroamericanas debe tanto». —ALBINO CHACÓN / ISTMO.