Después de provocar su despido de la empresa Müller, Judith está dispuesta a alejarse para siempre de Eric Zimmerman. Para ello y para reconducir su vida decide refugiarse en casa de su padre, en Jerez.
Atormentado por su marcha, Eric le sigue el rastro. El deseo continúa latente entre ambos y las fantasías sexuales están más vivas que nunca, pero esta vez es Judith quien impone sus condiciones, que él acepta por el amor que le profesa.
Todo parece volver a la normalidad, hasta que una llamada inesperada los obliga a interrumpir su reconciliación y desplazarse hasta Múnich. Lejos de su entorno, en una ciudad que le resulta hostil y con la aparición del sobrino de Eric, un contratiempo con el que no contaba, la joven tendrá que decidir si debe darle una nueva oportunidad o comenzar un nuevo futuro sin él.