Cristina Piña escribió una primera versión de esta biografía hace treinta años y ahora, en colaboración con Patricia Venti, publican esta edición ampliada con una enorme cantidad de documentación nueva.
Las autoras consultaron los diarios completos de la escritora, depositados en la Biblioteca de la Universidad de Princeton, junto con sus cuadernos, borradores, correspondencia y trabajos plásticos; mantuvieron largas conversaciones con amigos de la poeta y, sobre todo, con su hermana, Myriam; viajaron a París para entrevistar a la familia de los hermanos del padre, uno de los cuales alojó a Alejandra en varias ocasiones en su casa de Chatenay-Malabry. También tuvieron acceso a los papeles de Manuel Mujica Lainez y Silvina Ocampo en Princeton, y a los de Djuna Barnes, en la Universidad de Maryland, vinculados con la poeta.
En palabras de la crítica
«Alejandra Pizarnik llega a la poesía argentina como una suerte de meteorito con luz propia, de esos que aparecen a veces en las hermosas noches del sur.»
-Ivonne Bordelois