El Homo sapiens, orgullosamente situado como el vencedor evolutivo de toda una especie, parece haberse adueñado de la Tierra gracias a su inteligencia y desarrollo tecnológico, pero para llegar hasta aquí ha habido un larguísimo proceso en el que su capacidad de supervivencia y su espíritu aventurero le hicieron salir de África, hibridarse con otros homos, descubrir el fuego o la rueda, pintar las paredes de las cuevas, tallar la piedra, domar a los animales…