Cuando conocemos a alguien, no nos planteamos que esa relación pueda romperse algún día. Pero pasa, y los finales, aunque sean algo normal y hasta necesario, pueden ser uno de los momentos de mayor vulnerabilidad de nuestra vida.
Sin embargo, si tenemos las herramientas para sobrellevarla, una ruptura también puede suponerun punto de inflexión vital que nos brinde la oportunidad de conocernos en profundidad y aprender a estar con nosotros mismos.
Vas a sanar. Vas a estar bien. Vas a reconstruirte y vas a florecer.
«Con las rupturas sucede algo que no pasa con todas las circunstancias vitales adversas, y es que siempre nos enseñan algo».
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