Nacido en Brooklyn en 1935, Woody Allen empezó a trabajar en el mundo del espectáculo a los dieciséis años escribiendo chistes para las columnas dedicadas a Broadway de distintos periódicos. Siguió con guiones para radio, televisión y cine, así como con obras de teatro y artículos para The New Yorker. Finalmente, dejó la soledad del despacho del escritor para convertirse, primero, en comediante de locales nocturnos y, posteriormente, en un cineasta mundialmente célebre. Desde las casi seis décadas que lleva haciendo cine, ha escrito y dirigido cincuenta películas, protagonizando muchas de ellas. Ha recibido numerosos galardones nacionales e internacionales, se han erigido estatuas en su honor (lo que él jamás comprenderá) y su obra cinematográfica se estudia en escuelas y universidades de todo el mundo.
En A propósito de nada, Allen nos relata sus primeros matrimonios: el primero con una novia de su adolescencia y luego con la maravillosamente divertida Louise Lasser, a quien es evidente que todavía adora. También escribe sobre su romance con Diane Keaton, con quien mantiene una prolongada amistad. Y explica su relación personal y profesional con Mia Farrow, con quien realizó varias películas ahora clásicas, y que terminó con una separación por la que la prensa sensacionalista aún no le ha dado suficientemente las gracias. Él afirma que fue el primer sorprendido cuando, a sus cincuenta y seis años, inició una relación con Soon-Yi Previn, que entonces tenía veintiuno, y que los condujo a un romance dramático y apasionado y a un matrimonio feliz que dura ya casi veinticinco años.
En un texto a menudo hilarante, haciendo gala de una franqueza sin límites, lleno de creativas intuiciones y de bastante perplejidad, un icono americano cuenta su historia, aunque nadie se lo haya pedido.