La estructura y forma de la Tierra cambia merced de una serie de violentos fenómenos de una serie de violentos fenómenos que se producen en el interior de la corteza terrestre, como las roturas o el movimiento de las placas, la actividad sísmica o la volcánica. También influye en la hidrosfera, con el movimiento de las mareas y corrientes o la actividad de ríos y glaciares y, por supuesto, muchos peligros se dan en la atmósfera, donde se suceden huracanes, tornados o inundaciones.