Una casa de huéspedes podría no ser una simple casa de huéspedes; un espejo podría llevarnos a lo desconocido; las noches podrían ser una pesadilla interminable; o un familiar podría ya no estar entre nosotros, aunque lo veamos o hablemos con él. Se dice que las historias fantásticas son tan viejas como el miedo. La primera parte de esta opera prima de Dago Aspra traerá de vuelta al lector los recuerdos de esas “historias de fantasmas” que nos contaron, que imaginamos o que vivimos en la infancia. A través de la perspectiva de personajes inmersos en sus pesadillas, en juegos nocturnos que llevan a otros mundos o simplemente en la soledad después de la muerte de un ser querido, asistiremos, en unas tramas breves pero eficaces, a las posibilidades del miedo, del asombro, de la fantasía, porque lo que estos cuentos traen consigo es la evocación de eso que existe, sin las objeciones de la realidad objetiva, en ese mundo alterno, subjetivo y probable que es la ficción. En la segunda parte del libro la fantasía y lo sobrenatural dan paso a la realidad para abordar temas propios de lo cotidiano: las relaciones familiares o de pareja, la violencia, la tragedia o la nostalgia. Un hijo entiende que el doble de su madre es una amenaza para él; dos hermanos experimentan las consecuencias de la contemplación de unas simples aves; alguien más imagina la forma exacta de un asesinato… Con un tono menos pasional, más sobrio, en esa segunda parte el autor muestra sus habilidades para darle forma, con palabras, a las emociones, a eso que no siempre saben mostrar los hechos. Con este primer libro Dago Aspra se une a la última generación de narradores hondureños nacidos durante los 80´s y 90´s, una generación que ya marca una nueva etapa en la literatura hondureña.